Telas inacabadas

Cuando esperas que te correspondan de una forma determinada, y quedas así, esperando. Que nada se predice, todo se interpreta de mil formas distintas, cada cual con la suya, con su razón, con sus motivos.

Pero esperas, porque es lo que toca, lo que corresponde arreglo a la situación, y te desilusionas, con las personas, con sus formas de hacer las cosas, con sus respuestas.  Y es que parece y ahora sé, que no se vive esperando.

mujer pensando y fumando

Buscaste una mirada, un comportamiento determinado, una explicación coherente después de cada desengaño, y solamente encontraste excusas erróneamente administradas, utilizadas desacertadamente. Quizá no hubo mala intención, pero fue exactamente eso lo que causó, involuntariamente o no.

Tú no habrías actuado así, porque en los momentos importantes es cuando se está, cuando se demuestra, cuando se arrima el codo.  Se comparten emociones, sentimientos a flor de piel, instantes que nunca perecerán por sí solos, como si perece la falta de motivación.

La alegría compartida se duplica, se triplica, se expande como pólvora. Y algunos afanosos tienden a esconderse, por no ser cómplices, por evadir cualquier muestra de júbilo.

Costaba más excluirse que ser participe, todo estaba preparado para ello, para dejarse llevar, para exteriorizar lo mejor de uno mismo. Pero parece que eso disgusta a unos cuantos que prefieren relegarse a un segundo plano, ver los toros desde la barrera, opinar, eso sí, despreciar, también.

La frialdad es la que ellos mismos demuestran. Es el arma que utilizan como escudo protector. Excusándose y acusándote de incoherencias desatinadas.

Y no espero más de ti, ni hoy ni mañana, ni próximamente. No esperes de mí. Quizá sea cierto eso de que las cosas cambian depende del ojo de quién las mira, y no le falta razón.

niños regalos

Todo fue exactamente contrario a como tú lo viste. No me creo que tantas personas estemos equivocadas.

Es triste, lo es, que después de tantos años surjan redecillas inconclusas, amistades que terminaron en cajón desastre, retales de telas inacabadas. Y tú ahí, intentando enhebrar la aguja, dejándote la vista en ello, pero la comisura del hondón cada vez es más estrecha y las ganas por intentar solucionar conflictos a los que ni siquiera encuentras raíz escasean, se agotan.

Quizá sea hora de despedir de la vida aquello que nos daña, a las personas que enturbian las relaciones, los que corren entre nebulosa dañina y contaminan la razón de todo lo que nos hace ser.  Hay determinadas personas que no están preparadas para ser participes de las satisfacciones de los demás, y aunque nos cueste entenderlo ocurre. Siempre ocurre.

Una rueda siempre gira sobre sí misma, y aquello que chafa y mancha mientras cree avanzar le vendrá siempre de vuelta, y enturbiará su propia existencia. La desdicha persistirá de forma constante porque nunca satisfará por completo su necesidad.

Y a mí solo me queda pena, porque no se puede sentir nada más ante situaciones así. Somos un viaje de ida, la vuelta no está asegurada. El camino será largo, y más vale compartirlo con personas que te lo hagan ameno, que te distraigan de las desgracias y sinsabores de la vida. Porque los habrá, no estamos exentos.

amigos

A lo largo del recorrido, sin quererlo y sin apenas ser conscientes, casi de forma automática, nos empapamos y nutrimos de todo lo que otros aportan a la crónica de nuestra esencia. Desde bien temprana edad, el entorno, así como los familiares, amigos, desechan y esparcen pequeños rescoldos de todo cuanto son, y nosotros los absorbemos sin titubeo. La personalidad propia se compone de múltiples factores, y uno de ellos posiblemente sea éste mismo.

No nos codeemos con aquello que no nos hace bien. Sepamos distinguir todo lo que enriquece la personalidad que queremos mantener o ser.

Aquí y ahora. Tú. Yo. Nosotros. Todo lo que está por venir. Todo lo que dejemos que venga.

13 comentarios sobre “Telas inacabadas

    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, pero esa frase se ampara en una opinión personal extraída de un contexto que va más allá del simple texto. No hay que radicalizar las cosas ni llevarlas a los extremos. Es obvio y completamente cierto que la «mayoría» no implica verdad ni razón. Pero también lo es, que ninguna frase es verdad absoluta aplicada a cualquier situación posible.
      Un saludo y gracias por compartir tu opinión 🙂

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      1. «Todo fue exactamente contrario a como tú lo viste». solo al leer esto pensé que era la argumentación principal del desarrollo de una experiencia y sólo apuntaba la posibilidad de un error de base, ya que para que la gente pueda dar una opinión válida se necesita información veraz, raramente se suele dar, normalmente se suele dar sesgada o incompleta de cara a que le reconforten con la opinión que ya se tiene formada erronea o no.

        «después de tantos años surjan redecillas inconclusas, amistades que terminaron en cajón desastre, retales de telas inacabadas» cuando a mi me surge esto, siempre me pregunto quién golpeó el enjambre de abejas y que ha ganado con ello, porque me niego a creer que alguién se levante por la mañana con deseo de fastidiar… pero bueno debe ser que hay gente para todo, muchas veces el status quo era el menor de los males o eso pienso yo.

        Un saludo, que te vaya bien 🙂

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  1. Sabes? Hace poco llamé a un amigo y le conté todo lo que tenía en la que cabeza, que era mucho, cuando terminé le pregunté que qué opinaba. Me miró y me dijo que él no era yo, que él no sabía dar consejos. Una putada cuando acostumbras a tu gente a contar contigo hasta que ellos se olvidan de cómo se hacía desde el otro lado de la barrera.
    Besos
    Fer

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