Próxima parada

Todas las personas se encuentran librando alguna batalla. Eso es así. La vida es así. Nadie dijo que las cosas buenas fueran fáciles y mucho menos que estuviéramos exentos de tener que sacar la artillería pesada en el momento más inoportuno. No importa lo rosa que sea tu vida o lo mucho que te gustaría que fuera.  Estamos en el punto de mira, listos para ser sorprendidos a la mínima de cambio. Somos objetivos en potencia desde el minuto uno de vida, puede que incluso mucho antes.

chica fotografos

A pesar de la continua lucha que tenemos que guerrear y obligatoriamente ganar, soy de las personas que piensan que incluso toda esa “mierda”, perdón por la expresión, merece la pena. Siempre lo hace, porque cuando vengan las cosas buenas, que llegarán, como el arco iris después de una inmensa tormenta, sabremos el por qué, la razón, y entenderemos todo aquello que entonces nos resultaba imposible. Lo bueno llega, tarde o pronto pero llega. Y también se que la fluctuación y ese ininterrumpido vaivén de “bueno y malo, de peor o mejor” nos hace reconocer, constatar y valorar infinitamente más cada momento, cada intersección en la que nos encontremos sin saber a dónde tirar.

Viajando en el metro, en uno de esos días que no hay prisa, me puse a observar a la gente e imaginar sus vidas. Un niño de no más de cinco años no dejaba de intentar llamar la atención de su madre sumida en la esclavizada vida tecnológica. Hacía carantoñas, no dejaba de moverse de arriba abajo, le acariciaba el pelo, la peinaba con sus regordetes dedos, e intentaba él también ser partícipe de la conversación vía WhatsApp que posiblemente ella estuviera manteniendo. Era pura y sencillamente un grito de socorro, de aviso, de “estoy aquí”. Su pequeña lucha, su “hacerse notar” me conmovieron profundamente y me hicieron reír. Aprendemos rápido y desde bien temprana edad ya nos conocemos todos los recovecos necesarios para pegar la fuerte patada en el suelo y decir “basta”.

Unos metros a mi derecha un chico joven con los cascos puestos, la música excesivamente alta y mirada perdida. Quizá dejándose llevar por todo ese ruido que a vista de otros no dice nada y a él se lo dice todo. Seguramente encerrado en el mundo que solamente él cree entender. Huyendo, volando, reivindicando su lugar. Expresándose a su manera, sintiendo a su manera. Evocando. Imaginando. Creyendo que algún día llegará. Dando color a las sombras. Ahuyentando el miedo haciéndose notar. O escondiéndose de aquellas cosas en las que no cree. Un minuto para sí mismo. Una canción que parece esconder la óptica idónea para presumir de un deseo. Le habla de lo que vive y grita por él. Y se siente a gusto, resguardado, cobijado entre el calor de palabras, sonidos, notas, acordes de guitarra.

chico interesante

Una mujer mayor me mira y yo la miro a ella. Sólo observa, como yo. Tiene las manos entrelazadas y una manicura cuidada, perfecta. Alguien me dijo una vez que las manos delatan, que hablan por sí solas. Yo también lo creo. Las arrugas surcan el dorsal de su mano, la perfilan y endulzan. Lleva alianza, siempre me suelo fijar en ello. Creo que debe ser luchadora, fuerte, no sé, lo noto. A pesar de lo dura que puede haber sido su vida no debe perder la esperanza, sus ojos le siguen brillando, ahí debe haber mucho amor. Habrá abrazado mucho y reído, también llorado. Habrá curado heridas a besos y corazones rotos con chocolate caliente y abrazos a montones. Tiene que ser metódica y dulce. Casi puedo ver plasmados en su cara la infinidad de besos que ha recibido. Debe dar mucho sin esperar nada. Me recuerda a alguien. La veo un poco a través de ella. Se acaricia el pelo y suspira. Es su parada. Poco a poco se incorpora y con paso lento se marcha. Ha enternecido mi corazón y ella sin saberlo. Ya ves. El halo familiar y de confort que ha dejado me acompaña rato después. Eso me sorprende, la capacidad de crear sensaciones en otro, incluso ajeno a nuestra propia vida, sin conocernos.

Una pareja de quinceañeros discuten. Él levanta la voz, ella murmura palabras sueltas, como si de un susurro tratara. Automáticamente dejan de hablar. Ella clava la mirada al frente y él cabecea al son de sus pensamientos. Quizá indignado, enrabietado o cabreado. Las fracciones de su cara comienzan a suavizarse. Aún así no cede. Ha decidido guardar silencio. En otro momento será. Ella sigue absorta, ensimismada. No tiene prisa y tampoco le incomoda la situación, parece tranquila, está dispuesta a olvidarlo todo, a caminar a paso lento y Dios dirá.

chica sola banco

El amor es un poco eso, bajar la guardia, tomarse un tiempo para respirar. Es conocer al otro. Dejar de tirar en contra dirección. Ceder. Soltar el freno.

El amor es paciencia y comprensión. Lo debe ser incluso sin entender nada. A veces no se necesita más que el silencio, saber que el otro estará ahí incluso cuando saque a relucir su peor faceta. Porque la vida está llena de momentos realmente bellos con personas imperfectas. Hoy le toca a él y mañana será ella.

Lección aprendida.

Suena el aviso de próxima parada. La mía.

Tú y yo nos vemos otro día.

17 comentarios sobre “Próxima parada

  1. Me encanta mirar a la gente e imaginar sus vidas, aunque tengo aprendido que las apariencias engañan la mayoría de veces, siempre hay alguien que te atrae de una manera especial. Como si pudieras adivinarlo todo sobre ella o desearas saber más. Es curioso, pero yo guardo recuerdos de personas que jamás conocí, solo por el simple hecho de haberlos observado en un determinado momento o quizá porque me dedicaron una sola palabra en el momento justo.
    Un abrazo!

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    1. Se que a veces no todo es como uno cree o imagina, pero está bien eso de inventar historias partiendo de lo que te inspiran, ¿verdad?
      Me gusta eso que dices, que guardas recuerdos de personas que jamás conociste, a mi me pasa igual. A veces una sola palabra en el momento justo reactiva algo en tu mente que dice «ahí lo tienes», una especie de señal… ¡Qué especial resulta todo! Gracias Aida una vez más. 🙂

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  2. texto excelente como siempre y añado:

    «Él levanta la voz» sin respeto mal vamos.
    esto me recuerda el sábado día 13, la verdad no espera menos. pero como decía El genio militar Napoleon
    «La única manera de ganerle una batalla a una mujer, es salir huyendo» yo añadiría tan pronto como sea posible,

    a llegado el momento de poner pies en polvorosa…. 🙂

    chao 😉

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      1. Independientemente de lo que tú crees, gritarle a alguién es faltarle al respeto ( «no todos lo hacemos»)
        al menos en mis principios ( para los de mucha gente también) o escala de valores (yo no le consiento a nadie que me grite).
        pero es un tema de valores, como te he dicho, quizás tú tienes otra escala, que puede ser tan válida
        cómo la mía.

        Me recuerdas a una excompañera de clase, que se creía muy lista y que todo lo sabía, cuando no había
        leído un libro en su vida, ahora que ha leido alguno, se cree que todo lo sabe, aunque sólo sea por
        matemáticas deberia reflexionar, simplemente es aplicar esta fórmula:

        (longevidad teórica) esperanza de vida = vida vivida + vida por vivir

        Si todo lo sabes ahora y te queda mucho por llegar a la esperanza de vida, entonces ese tiempo, que estas
        aquí haciendo, el gil, no se aprende nada ?
        Si te refieres a principios o escala de valores, seguiré con esta excompañera.

        Esta iba a clase, le gustaba un chico, le tiraba los tejos en clase al primero, él pasaba ampliamente, y ella
        erre que erre, un día toda borracha se enrollo con otro, pero el primer comportamiento ya no fue continuado pero
        tampoco cesó (pensaba que ese chico no sabía nada), igual en su escala de valores lo que hizó estaba bien, hasta
        lo intenta vender así, pero el día que todo se supo de cara al público (el siempre lo supo) caray como
        cambió su comportamiento, ella hasta intentó justificarlo, lo intentó con dos compañeras de clase, el problema
        es que la escala de valores de esas dos compañeras era distinta, la frase fue:
        «quién no se ha enrollado con su mejor amigo?»
        ellas dos la miraron y que habían visto todo lo que había pasado le dijeron no y
        la mirada de desprecio que recibió por parte de las compañeras tuvo tela (en mi opinión ni tanto ni tampoco, es que son Turkas y tienen una escala de valores muy distinta, pero como os dije al principio es que se cree muy lista y no tiene en cuenta, que no todo el mundo es igual ni reacciona igual).

        Más tarde empezó a realizar una «suplantación de identidad digital» en facebook, (como iba de lista no de dió cuenta que esta persona vivía en un uso horario muy distinto más de 8 horas y múchas más cosas que la delataban), pero a lo mejor también lo intenta justificar en su escala de valores, que yo sepa lo niega pero a lo mejor si buscase «M.A.C. Adrres» en google y entiendese lo que es entonces cambiaría un poco.

        Mas tarde empezó a hacer lo mismo desde what’sup, con un teléfono inglés, y mandaba mensajes a las 23:00 de un sábado de manera reiterada…cuando lo que estaba haciendo es controlando si esta persona salía o no,es que es muy lista….

        La tercera y última es usar los recursos de una empresa privada para fines particulares

        a lo mejor para mucha gente esto es justificable, para mi no, porque:
        el primero es impresentable,
        el segundo un delito y contagiando del delito a la tercera persona
        el tercero lo mismo que el segundo
        el cuarto pues si te pones´y hablas con el jefe de adminitración de dicha empresa, pues me imagino que puede haber follón y a lo mejor despidos.

        pero mucha gente podría justificarlo, de todo hay, para mi la conclusión siempre ha sido ha si de fácil.
        como decía Santo Tomas «juzga a la gente por lo que hace y no por lo que dice». Un inciso «parezco un chico que lee» 🙂

        por último, cuando digo que me recuerdas a una excompañera no lo digo por su comportamiento ni mucho menos, que no se me malentienda, lo digo el tema de justificar que algo que está mál lo intentes vender como bien
        porque todo el mundo lo hace (creo que esta aclaración deja claro que no te pongo en el comportamiento impresentable de la persona que describo).

        Ahora si es el último. gracias por tus textos y buena suerte.

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      2. Primero decir que jamás he creído saberlo todo, de echo no tengo absolutamente idea de nada, y precisamente eso es lo que más me gusta, poder sorprenderme cada día, aprender de otros y de mi misma,ir creciendo en bases a las experiencias, a los fallos y a los tropiezos. De todo y todos aprendemos algo. Mis textos no son sino mi punto de vista (tan válido como cualquiera), al fin y al cabo mi peculiar visión del mundo. Esto no son certezas absolutas. No todo lo que se escribe se piensa y no todo lo que se piensa se escribe. La imaginación así como el deseo, la sorpresa, la desilusión… Se encargan del resto.
        En cuanto a lo de levantar la voz (gritar como tú has calificado), lo confieso: he pecado. Infinidad de veces y no me avergüenzo de ello. Lo gritaría aquí si pudiese. Soy imperfecta y esa misma imperfección hace que cometa errores. Si me entristezco lloro, si me alegro muero de risa y cuando la situación me sobrepasa puedo levantar la voz. Porque soy impulsiva y auténtica. Y vivo de acuerdo a lo que siento y padezco. Ese mismo desorden que puedo tener o vaya tu a saber (igual estoy desequilibrada) me hace ser consciente de mi debilidad y la de otros y me ofrece la capacidad del perdón, pues yo misma deberé ser perdonada infinidad de veces.
        Como siempre APRENDO muchísimo de tu crítica y por ello te doy las gracias. Un abrazo fuerte.
        P.d: Veo que «una chica que no lee» te ha calado muy hondo» Ya ves, nunca se sabe…

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  3. Al final se me ha malinterpretado,
    cuando dije que me recordaba a esa excompañera «HABLO DE JUSTIFICACIONES»
    (lo pongo en mayusculas, no como grito o que alce la voz, solo para reseñarlo),
    jamás he dicho que vayas de lista ni mucho menos, yo respeto a la gente, esa era mi excompañera de clase,
    como el fallo ha sido mío,te pido disculpas y ruego me perdones, jamás fue mi intencion
    generar esta controversia, como ves, yo también cometo errores y me gusta pedir disculpas
    si entiendo que he hecho algo incorrecto (cosas de mis principios o escala de valores).

    Quitando un poco de hierro al asunto y refiriendome a tu postdata, mis ex siempre leyeron y lo hacían en
    varios idiomas, quizás ese, sea el punto :), he degustado el placer de haber escuchado a Tolstoi en Ruso, a Dante
    en Frances y Shakespeare en inglés (la verdad, después me lo tradujeron, no vengo a decir que hablo
    todos esos idiomas ni mucho menos, el frustrante fue Shakespeare que después de llevar casi 5 meses en Inglaterra no entendí prácticamente nada).

    Espero que este texto aclare todo lo anterior y que quede claro que sólo lo de justificaciones hacía alusión
    a la autora del blog.

    PD: esto me confirma que es hora de salir pitando. Lo siento mucho por lo problemas que pueda haber causado.

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