– Los ojalá son para personas que viven en el pasado.
– ¿Y tú? ¿Nunca lo piensas?- Pregunté temerosa de que zanjara la conversación en cualquier momento.
– Jamás. Bueno, quizá en algún momento de mi vida lo haya hecho- Contestó mientras daba vuelvas a la moneda que tenía en sus manos-. Quizá lo esté haciendo ahora mismo.
Yo no dejaba de observarle. En sí siempre fue un misterio, de cabeza a los pies. Cabezón donde los haya y curioso a más no poder. ¿Peculiar? Sí, puede ser. Y decidido. Demasiado atrevido quizá para mí. Demasiado libre también.
Pidió una copa más y me miró, apoyado en la barra de aquél pub tan cutre. Con olor a juerga, a alcohol, a palabras que no se escuchan y miradas perdidas.
-¿Tú qué? ¿Vives así? ¿Con pocas agallas para lanzarte? ¿Con duda o miedo?- Dijo sin apartar la vista de mí.
-No- contesté repentinamente- Sí. Bueno, a veces, ya sabes, todos en cualquier momento de nuestra vida cabeceamos, insistimos en lo imposible y dejamos atrás oportunidades por miedo. Yo también soy así. Puedes incluirme en tu lista de casos perdidos.
-Nunca te incluiría ahí.
Miró la moneda por última vez y la lanzó en el aire. A pesar de la velocidad que cogió y la suciedad del suelo la localicé al instante.
-¿Cara o cruz?- Preguntó sin tiempo a que me recompusiera de aquella situación tan imprevisible.
– Cara- Repliqué sin más preámbulo.
Me asustaba. Definitivamente lo hacía. Al mismo tiempo que creaba en mí un sensación de excitación difícil de explicar. Unas ganas tremendas de más. De que no callara, de que no se fuera, de que él mismo decidiera quedarse. Enseñarme, hablarme, provocarme.
-Tienes que prometerlo, ¡Promételo!- Insistió.
-¿Pero el qué?
-Tú hazlo y calla, ¡Arriésgate por una vez en tu vida! Sin cuerda, al vacío. Sin saber dónde terminarás o qué será de ti.
– ¿Y si no me gusta lo que encuentro?- Pregunté agobiada. La situación comenzaba a superarme. Odio estar entre la espada y la pared. Siempre lo he odiado.
Bajé la mirada y no vi nada. Sólo mis zapatillas desatadas y toda esa paparruchada que estaba soltando en busca de una excusa. Perfecta para huir. Para no atarme, como mis zapatillas. Libre como él. Como las dudas y el miedo. Esclava también de todo eso. Ingenua de mí.
-Lo prometo- murmuré casi para mí.
Él sonrió. Un mechón de su pelo rizado caía sobre su frente. Barba descuidada de un par de días y mirada profunda, como sus palabras, que sin él saberlo cambiarían algo para mí.
-Ya lo has hecho, te has comprometido a algo. Y las palabras son importantes. Sobre todo las que uno se dice a sí mismo. Esas son las más peligrosas, porque sin darnos cuenta se tatúan en el alma y nos impiden o nos hacen trepar tan alto para alcanzar las estrellas. No importa qué pasará o qué consecuencia tendrá. Importa este momento. La promesa que te has hecho, que me has hecho. Importa tu decisión a arriesgar, a no quedarte con los brazos cruzados y dejarlo pasar. Era este momento, pero no por mí, ni por un empujón que cualquiera pueda darnos, sino por ti, exclusivamente por ti.
No podía apartar la mirada de él, y mis oídos no querían escuchar nada que no fuera su voz. Las personas así enamoran, no conquistan para un rato, no aparecen y se marchan. De alguna forma se quedan para siempre. Aunque se marche lejos. Aunque no volvamos a saber del otro.
-Y ahora, ¿qué?- Insistí con ganas de más. Siempre de más. Ya no podía retroceder, ya no podía huir ni lo quería. Era mirar al frente, la moneda, los sueños, las ganas dormidas, temerosas, impacientes…
-Compruébalo- Me retó-. Ves y compruébalo, corre.
Y no me lo pensé. Me abrí paso entre la gente ajena a todo. A nuestro mundo. Y la vi. Cara. Había sido cara. La cogí y la apreté entre mis huesudos dedos. Tenía que saber que pasaría. Y me dirigí a él. Tenía que verla. Existía un 50% de posibilidad y me había escogido. Mi elección.
Y él ya no estaba. Se había marchado sin más. Una servilleta de papel envuelta.
“No importaba para qué. Pero ahora es tu excusa. Hazlo”
Y tenía razón. En el momento en que decides lanzar la moneda, apostarlo todo a un número, a una cara o a lo que sea, algo en ti ya ha decidido qué, cuándo y porqué.
No podía estar más de acuerdo contigo en la frase final: «Y tenía razón. En el momento en que decides lanzar la moneda, apostarlo todo a un número, a una cara o a lo que sea, algo en ti ya ha decidido qué, cuándo y porqué». Cuando lanzas una moneda, tú decides tu suerte 🙂 Me encantó este post, nos vamos leyendo. Te dejo el enlace de mi blog por si quieres pasarte a echar un vistazo 🙂 Besitos 🙂
https://unpuntodelocura.wordpress.com/2016/04/23/el-anden-3/
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Mercedes. Me alegra muchísimo que te guste. Tú misma lo dices, en el momento en el que lanzas la moneda o lo que sea ya estás decidiendo. Algo en ti ya ha cambiado.
Besos 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
ooohhh!!! Casualidades de la vida que hoy necesitaba leer algo así… ¡¡Millones de gracias por tu post!! Me ha venido genial y creo que mi moneda también se ha lanzado y ya está decido ¡¡Besos enormes reina!! Y gracias por pasarte por mi blog… ^_^
http://www.miaventuraconlamoda.com/
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Qué contenta me pone leer eso Helena!Muchísima suerte con el proyecto que tienes en mente. Saldrá bien seguro, siempre hay que arriesgar. Un abrazo bien fuerte.
Me gustaMe gusta
A lanzar la moneda!! Eso es vivir 😉 Besazo bonita
http://www.lookandchic.com
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro que sí, a por todas siempre 🙂
Me gustaMe gusta
Que texto tan bonito! Da gusto despertar leyendo cosas tan maravillosas.
Un saludo desde https://simplyanais.wordpress.com ❤
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Anais, se agradecen los comentarios así. Un beso y feliz fin de semana 🙂
Me gustaMe gusta
Hola bonita, me venía muy bien tu post hoy, justo he lanzado la moneda espero tener suerte y que todo vaya bien 🙂 Me gusto tu blog guapa, me quedo !! 🙂 Te invito a echar un vistazo a mi blog https://almugluck.wordpress.com/ espero que te guste y si es así que te quedes 🙂 Un besito guapa ❤ 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegra que te haya servido de impulso. ¡A por todas! Gracias por tu comentario. Me pasaré por tu blog a echarle un vistazo.
Besazos guapa.
Me gustaMe gusta
Me gusta mucho como escribes! Sigue así! Yo soy nueva en esto y me inspiro en textos como este. Me suscribo! 🙂
Me gustaMe gusta
Yo eligo cara, siempre de cara, no hay como un cara a cara. :), me ha encantado el texto, enhorabuena.
Me gustaMe gusta
I love this one! It’s amazing!
Visit my fashion blog!
https://kingzlewhitehall.wordpress.com/2016/05/01/chelsearoad/
Me gustaMe gusta
Escribes increible, felicidades!!
https://sinvestidornohayparaiso.com
Me gustaMe gusta
Que historias más bonitas leo siempre contigo, yo si tengo que elegir digo «cara» pero a saber que nos tiene deparado el destino un beso guapa.
Anny
http://taconesrizados.com
Me gustaLe gusta a 1 persona
Eso jamás lo sabremos, pero así es más divertido, ¿no crees? Gracias por tu comentario 🙂
Me gustaMe gusta