Uno y dos a la vez

Me gusta la diferencia que marcas. Que tu personalidad irradie de manera sobrenatural. Me gusta cómo me miras, y todo lo que transmiten tus ojos. Me gusta tu sencillez, tu calma, la manera en la que explicas las cosas. Me gusta que suspires, que vueles lejos y me dejes hacerlo contigo.

audrey beso

Mi punto débil. Mi sueño hecho realidad. Mi helado de chocolate. Mi té caliente. El libro en mi mesita de noche. Mis últimas palabras antes de dormir. El beso de “buenos días”. El quédate conmigo. Las lágrimas salpicadas en el cristal. Mis oraciones más sinceras. Las trenzas que fueron sueños. El grito de felicidad. Ese “contigo y con nadie más”. El “para siempre”. El anillo de mi dedo anular. Los viajes a todas partes. Las promesas que se cumplirán.

Somos uno y dos a la vez. Somos lo que siempre quise ser. Y yo esperando que llegaras.  Y te luciste. Menuda entrada triunfal. Asaltaste el campamento para echar raíces. Para conquistar lo que otros no pudieron. Y lo entendí. Llega sin ser llamado y cuando ha de ser.

Me gusta lo diferente que somos. Tú tan paraíso y yo tan volcán. Que contrarrestemos las carencias que faltan por separado. Que complementemos lo que no hemos sido.

A veces te lo niego, pero presiento que dentro de tu caos existe un estudio predeterminado de orden inapreciable para otros, incluso para mí. Dentro de todo ese embrollo de ideas hay otras que contribuyeron a lo que son, que determinaron lo que serían. Solo que están a la espera de ser descubiertas. Y eso ya será otro cantar. Pero prometo buscarlas contigo.

Me gusta como hablas de mí. Que se te llene la boca de solo pensarme. Que me hagas sentir tan especial como siempre, como nunca tal vez, porque cada día es nuevo, irremplazable al anterior. Y siempre ha ido a más. Superándote a cada paso. No dejándote vencer, ni acomodar. Hoy es el mejor día para sentirlo, para demostrarlo, para hacerlo valer.

Me gusta la seguridad que tienes en nosotros. Porque no es dañina, no es de las que creen que todo está hecho. Es dedicación, constancia y tranquilidad. Saber que estaremos apoyándonos incondicionalmente, tener por seguro que jamás te soltaré de la mano, que tú tampoco lo harás conmigo.

Me gusta tu imposibilidad de enfadarte conmigo. Que con una mirada baste para un par de risas. Que prevalezca siempre el amor al orgullo. Que lo dejes de lado por mí, que no exista conmigo. Me gusta que contemos las horas para vernos. Que la primera respuesta sea siempre beso. Que los mensajes inesperados en jornadas laborales complicadas hagan olvidarlo todo.

 Me gusta que se me contagie tu risa. Que intente hacerme la dura y me desarmes por completo al instante. Dejar a un lado los muros e incluirte en mí. En mi futuro, en mi presente, en mis sueños, en mi batiburrillo de ideas que no sé si cumpliré. En mi alocada cabeza y mis deseos inalcanzables.

pareja agua

Me gusta ser yo contigo, con lo bueno y lo malo, que no exista limitación, que no coartes mis ansias por llegar, que me impulses a correr más lejos. Me gusta que seas participe de cada movimiento, que no esperes ni desesperes. Que simplemente estés ahí. Preocupándote por si caigo, esperando verme grande. Tu felicidad es la mía, mis alegrías se duplican contigo.

Es complicado encontrar a alguien con el que anudarte los zapatos, caminar a la par, esperar cuando el otro no puede más, animarle a continuar, tener las palabras adecuadas para momentos imposibles. No desvanecer, ni querer rendirse. Saber que la aventura es doble si se comparte. No fallar, sobre todo eso, porque cuando alguien pone toda la carne en el asador por ti espera no quemarse, no tener que salir escocido, angustiado y decepcionado.

Has sido mi cómplice, mi compañero, mi psicólogo en momentos duros. Has sabido comprender mis pausas, mis silencios. Decidiste arriesgarlo todo. Venda en mano e impulsos de corazón. Quise conocer y me acompañaste. Quise volver y retrocediste conmigo. Ahora sólo quiero donde sea pero contigo. Porque ni es el lugar, ni el decorado, ni las pausas, ni la música, somos tú y yo. Y eso es más que suficiente, lo es todo. Porque al final uno se da cuenta que nada es realmente importante. Que vivimos a costa de superficialidades. Que no profundizamos, nos quedamos en lo simple, en lo anodino, en la base de todo, sin indagar, sin pillarnos los dedos, sin bucear en las profundidades. Y nos perdemos bellezas indescriptibles.

Las personas son la esencia de todo. Lo que nos hace sostener en pie. Ni viajes, ni el trabajo de nuestros sueños, ni zapatos caros, ni cenas en restaurantes de ensueño. Es con quién se vive todo eso. Es saber que cualquier día podrás rajar todo ese decorado y sentirte libre.

amigas vintage

Es saber que no estarás solo. Que no lo estás. Que puedes reír con tu madre en el coche por cualquier tontería. Que puedes besar al amor de tus sueños en cualquier momento. Que puedes correr a auxiliar a tu hermano o romperte el lomo por una amiga.

No hace falta Bali ni la luna. Simplemente son un par de codazos cómplices en un bar cutre con personas que lo significan todo.

Cuando se comprende algo así, lo demás parece tan chiquitito que deja de tener sentido al instante.

“A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante” Oscar Wilde.

Uno para el otro

“Eran un millón de pequeños detalles, y al sumarlos todos se veía que estábamos hechos el uno para el otro. Y yo lo supe, lo supe la primera vez que la toqué. Fue como llegar a casa, solo que a una casa que nunca había visto. Y fue al darle la mano para ayudarla a bajar de un auto… y lo supe. Fue como… magia” Algo para recordar.

Cuesta darse cuenta. A veces está justo delante y no hacemos más que buscar. Sacar los prismáticos para poder ver a lo lejos. Y es mucho más sencillo, mucho menos complicado, más natural si cabe. Porque no hay que esforzarse en escudriñar e indagar en cada rincón. Está justo al lado. Siempre lo ha estado. Soportando lo peor y lo mejor. Dejándose los hombros de tanta cabeza apoyada. Sin pañuelos de tanto que nos prestó. Consiguiendo salir airoso de desesperantes lunes y celebrando la llegada de los viernes invitando a cubos y tapas. Soportando el chaparrón de nuestras decepciones. De cada lágrima derrochada. Y nuestras noches de juerga. Nos conoce tanto que hasta nos asusta. Porque no puedes fingir un enfado, ni evitar reírte de mentirijillas piadosas. No puedes hacerte la dura o la fuerte con él. Te vienes abajo cuando sientes que las piernas se balancean y el labio comienza a temblarte. Y te conoce como ninguno, corre enseguida a sujetarte, a impedir que te caigas, a exponerte las razones para tus mil sonrisas.

monica bellucci

Hasta ahora ha pasado inadvertido. Ha sido como un hermano, el prototipo de hombre a poner como ejemplo. Pero era AMIGO. E imaginariamente existía una barrera de separación para delimitar la figura que se representa. Amistad sin más. O quizá con mucho más.

Y  sentiste un escalofrío cuando te sujeto del brazo suplicando que te quedaras. Le miraste a los ojos y te sentiste tú, en toda tu plenitud, desnuda, desarmada, sin ganas de huir. Porque estás en casa, estás segura y no te hace falta interpretar ningún papel. Basta con un moño desecho, un pijama viejo y la cara lavada,  sin signos de maquillaje o color. Basta con una mirada furtiva en mitad de una conversación entre amigos para entenderse, para sonreír por lo mismo, para entender el por qué, el qué se esconde detrás.

Porque sabe cómo te gusta el café, ha estado presente en cada una de tus decisiones, incluso en aquellas que te resultaron tan difíciles de tomar. Te apoyó en tus ideas más absurdas, en tus locuras más disparatadas, porque creyó en ti, aún lo hace, jamás ha dejado de hacerlo. Conoce cada una de tus sonrisas; la de compromiso, que se dibuja con una leve ascensión de los vértices del labio, dejando a los ojos cabalgar a sus anchas, siendo los delatores del acto; la de felicidad, que parece gritar al mismo tiempo, la que invita a los hoyuelos a asentarse con fuerza; la de tristeza enmascarada, que llora por dentro, que sufre también; la más triste de todas, la de decepción, la que odia verte. La que consigue que renazca en él la rabia. La fuerza por borrártela tan pronto como sea posible. La que pincha hasta hacer sangre y escuece como ninguna.

El amor es tan ciego que a veces él mismo se disfraza con otros atuendos, intenta engañarte, eludirte, y lo hace tan bien que lo consigue. Te distrae por completo. A veces, estás tan obcecada intentando encontrarle que te lo pierdes, te impides abrir los ojos lo suficiente como para darte cuenta. Esperas que sea como siempre has imaginado. Pero el amor es como es. No se busca, te encuentra. Quizá, solo quizá, solamente era cuestión de mirar a un lado. Y quizá, incluso era mejor de lo que habías imaginado.

Conoce a tu familia, es tu familia, fue uno más desde el principio. Tu madre te lo repetía y  tú lo negabas. Son años, muchos años ya. Muchos momentos juntos. Muchos veranos tirados al sol. Yendo a comprar raquetas de playa, hinchando colchonetas mientras moríais de risa con las caras que poníais. Te cedió el honor de saltar primero, de comer primero, de llegar primero.

Y siempre fue primero.

carrie

Tus novios estaban llenos de defectos para él. Sus novias no le veían como tú lo hacías. Tan increíble que faltarían vidas para entenderlo, para comprender esa exclusividad y distinción que marca. Quizá haya sido eso. El amor disfrazado de mejor amigo. Y tú evitando creer en él cuando lo tenías delante.

Reconforta saber que puedes cantar a pleno pulmón en el coche con él, miraros de soslayo y entender ese momento de complicidad como nadie otro haría. Conocer tus mil defectos y amarte por ellos, elegir quedarse en lo peor y en lo mejor. Que sea la primera persona en venirte a la mente cuando tienes una noticia grata que contar, y saber que se alegrará como tú, que daréis saltitos juntos a riesgo de parecer ridículos y que no le importará serlo por ti.

Que entre millones de personas sólo notará tu ausencia, vigilará impaciente el teléfono esperando que des señales de vida. Y sonreirá como si fuera la última sonrisa de su vida al verte. Tu llegada a la fiesta resultará impresionante, como en esas películas ñoñas románticas en las que parece que el mundo se paraliza, que el murmullo de la gente mengua y exclusivamente se la ve a ella, como tocada por la luz, con un vestido ALUCINANTE, con una naturalidad aplastante. Y titubeará. No encontrará palabras y tú no necesitarás decir nada. Lo sabrá, en ese momento lo sabrá.

Y no es el vestido, ni la  música, ni siquiera lo más o menos guapa que estés. Es ese feeling, ese no se qué que no se puede explicar, es eso que surge sin más cuando es la persona adecuada, cuando saltan chispas. Es esa seguridad desbordante de saber que no te equivocas.  Es esa electricidad, conexión o dilo como quieras, que se siente o no se siente.

paul newman

Es bonito saber y tener la certeza de que él siempre te mirará así. Como si fueras sorpresa, como si fueras amante, como si fueras amiga.

“No concordaban mucho, de hecho, casi nunca concordaban. Siempre se peleaban. Y se retaban uno al otro cada día. Pero a pesar de sus diferencias, tenían algo importante en común. Estaban locos el uno por el otro”. El diario de Noah

Lo elijo entre doce

Me gusta Marzo. Me suena hasta bien al pronunciarlo. Corto y directo, enfatizando esa Z que le aporta personalidad. Así me llega el mes, rápido y sin dilación. A las puertas ya de la misma primavera. Del cambio de hora. Un salto bien grande hacia delante. De dos a tres y tiro porque me toca.

salto al agua

Marzo es comenzar de cero. Es darte cuenta que las cosas cambian, que nada permanece y dura para siempre, es transgresión y vitalidad. Es creer que todo es posible. Adiós a las penas, a la tristeza y melancolía de la lluvia, del frío. Son flores que florecen y días iluminados, de esos en los que tienes que entornar los ojos porque la potencia de los rayos limita tu visión, y a pesar de ello, te saca una sonrisa bien grande.

Marzo me hace desperezarme y sentirme preparada para todo, me saca de un salto de la cama con ganas de ruido, de risas fuertes, de griterío en terrazas con cañas por medio. Marzo es ambición, son uñas pintadas de colores alegres, son estampados imposibles y unas ganas tremendas de quedarse aquí. De no salir corriendo. De querer estar.

No siempre el mes me ha traído lo mejor. Consigue recordarme quizá alguna de las cosas que más me duelen. Y a pesar de ello, lo elijo entre doce. Es aceptarlo tal y como es. Con sus sorpresas y decepciones. Con las buenas y las no tanto. Es saber que lo perfecto aburre, y que sí fuera tan lineal como otros no me haría sentir, y quizá sea eso lo que más agradezco, la paleta de colores, el yin y el yang, la diferencia que marca con todo lo que me recuerda, y peor aún, con todo lo que sé que podría haber sido.

A pesar de todo, no pierdo la esperanza, porque cuando crees en algo, cuando pones todo tu empeño y tienes la firmeza y convicción necesaria, OCURRE.  Se transforma en real, en auténtico, lo bueno sabe mejor, y lo peor no lo ves tan malo. No sé si es el cambio de óptica, e incluso el mes, que sin yo saberlo me invita a creer en él, dejándome pistas por todos lados, haciéndome soñar con lo que otros me han arrebatado. Es fe, ilusión y ganas de cambio.

Dicen que cuando algo te gusta se nota, lo delata tu actitud, tu forma de andar, de comportarte, incluso los rasgos de la cara se suavizan y te ves más guapo. Cuando algo te gusta, ese mismo “ENTE”, llámalo como quieras, es consciente de ello, y lo dado es devuelto multiplicado por millones más. Lo mismo ocurre con las personas con las que congeniamos, las que “nos caen bien”. Creo que sin darnos cuenta irradiamos esa felicidad en ellos, esa sensación de “coge mi mano que te sujeto”, esos brazos abiertos, esa ACEPTACIÓN, que de alguna forma se presume. Se percibe, no se sabe bien cómo, pero lo hace. Y justo lo que estamos proyectando nos es devuelto, a través de complicidad, de empatía, de SIMPATÍA mutua.

foto amor

Quizá sea así con todo. Quizá tengamos que cargarnos de energía positiva, envolvernos constantemente de buenas vibraciones, de buenas palabras, de mejores pensamientos. Ir dejando a un lado lo que nos aterroriza para dejar el entorno limpio de injerencias desconocidas.

Quizá debamos sumar apoyos y restar mucho más los daños colaterales, pasarlos de largo, no detenernos tanto a pensar en ellos. Hacer fuerza, unos con otros.  Cogernos bien fuerte para formar una cadena humana. Para librar las batallas juntos, para no sentirnos solos ante las dificultades, para recibir apoyo, para ofrecerlo también. Para cerrar círculos. Para abrir nuevos. Para que se produzca el cambio, para que disfrutemos de ello. Para agradecerlo. Para trastornarnos y aún así encontrar el por qué. Para comprender que las escaladas más duras conllevan mayor responsabilidad, mayor esfuerzo, mayor trabajo y MEJOR recompensa. Mejores vistas. Mayor gratitud e infinitamente mayor satisfacción.

Marzo es color, es la sorpresa de quién descubre algo escondido durante generaciones, lo pule y lo hace brillar. Es la belleza de lo espontaneo, de lo natural. Es una risa sin porqué. Es la luz al final del camino. El café que invita a una pausa de trabajo a marcha forzada. El primer sorbo de una cerveza bien fría, con los ojos cerrados, saboreándola y dejándose llevar por el romanticismo de la vida. Por lo que se nos regala, por lo que disfrutamos.

Marzo es la sencillez de quién no espera fastuosidades, de quien en lo banal encuentra lo sublime. De lo que se hace esperar. Marzo son los días previos al viaje. El ansía de que llegue con el miedo a decir adiós demasiado pronto.

chica zapato

Me gusta porque sí, sumado a todo lo que me provoca.  Y ahora sólo cabe esperar, que nos sorprenda, que nos llene de vida, que la felicidad sea exponente de lo que anhelamos y que Marzo lo cumpla todo, que no deje nada por hacer, que no nos quede nada por soñar.

Y tú, ¿Con cuál te quedas?

El mío entre doce.