Ahora

¿Conoces esa sensación amarga de sentir que tu cuerpo te traiciona? Sí, como lo lees. A veces el cuerpo de uno mismo puede llegar a rivalizar con lo que el corazón siente o lo que desea. Puede jugarte una mala pasada y llevar a cabo un plan bien distinto del que esperabas para ti.

chica cafe

Y sentí que me falló. Y por minutos me vi vencida, agotada, extasiada y sin fuerza. Porque también se acaban las ganas de luchar. No, eso nunca. Pero el miedo puede inundar tu mente y dejarte paralizada. Sin comprender. Sin entender. Jamás había vivido esa sensación de caer al vacío, de nublarse la vista y perder el rumbo. De dejar de ver, de sentir, de perder los cinco sentidos. Y sólo el corazón bombea, y la sangre se mueve por las venas. Creo que lo hace porque vivo.

Estoy recibiendo una lección de vida, y a estas alturas ya no sé si agradecerlo o echarme a llorar. Pero las lágrimas no solucionarán nada, nunca lo hacen. Al contrario, entristecen a uno, consiguen bloquearte y ser incapaz de ver más allá. Ya lo decía Phil Bosmans, si lloras por no haber visto el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas. Y no sólo eso, sino todo tu mundo de posibilidades. Porque las tenemos, aunque nuestra visión nos limite, aunque las circunstancias también lo hagan. Aunque el mundo entero parezca estar en contra, y tú remando sólo en la dirección equivocada. Y parece que no avanzas. Los brazos comienzan a resentirse, el agua y la fuerza de ella comienza a crecer y tú a debilitarte. Y crees no poder más, y olvidas el motivo que te llevó allí. Comienzas a perder la fe. Quizá no sea el momento, quizá el temporal necesite estar más favorable y quizá eso no dependa de ti.

Pero también se aprende, la vida en sí es eso, aprendizaje constante, de lo peor se saca algo, no puedo decir que lo mejor porque no siempre es así, pero algo sí,  ya sea en forma de experiencia o revestido con otro tipo de conocimiento.

desperezarse

Estoy aprendiendo a aceptar las cosas como son y no como me gustaría que fueran. Y es duro de asimilar. Porque tienes que dejar a un lado tus sentimientos, tu coraza, tus ilusiones y presentarte desnudo. Sin filtros. Sin condiciones. Sin haber estado sometido a ningún tipo de prejuicio. Sin tener la conciencia viciada. Es ser capaz de recibir lo que la vida te trae con los brazos abiertos y la mente predispuesta. Es vaciar el peso de tu mochila y relajar los músculos. Sentirte libre para volar.  Aprender que la vida puede enviarte lo que necesitas con una envoltura que no esperas y no por ello será malo. Todo tendrá su razón de ser. Todo brillará de alguna forma. Quizá simplemente baste con cambiar de óptica. O de momento. O de camino. Hay distintas rutas que llevan al mismo sitio, algunas más complicadas, otras más sencillas. Pero tienes los utensilios necesarios para el desafío. Quizá sea hora de sacar la artillería pesada. Colgarse el machete al cuello, tener la tranquilidad y la seguridad de saber que podrás con todo.

“ A veces necesitamos dejar de analizar el pasado, dejar de planear el futuro, dejar de intentar definir como nos sentimos, dejar de definir exactamente qué es lo que queremos y solo dejar que pase lo que tenga que pasar” Carrie Bradshaw

No se puede condicionar la felicidad a algo concreto, a una fecha exacta. No puedes pensar que determinado acto o momento te salvará.  No puedes esperar que lo que tienes en mente ocurra para comenzar a ser feliz. Es una actitud peligrosa y dañina, porque constantemente te limita a estar sometido a algo o alguien. No haces más que poner tu felicidad en algo que no depende de ti, en algo que no puedes controlar. Y te lo pierdes. A cada paso algo termina para siempre. El momento se extingue. No hay otro. No habrá otro igual. Y tú pensando en tus planes, en lo que hacer en el momento X.  Y es ahora. Ahora es cuando debes sacar la lencería cara que guardas en el cajón de los momentos especiales. Ahora es cuando debes arriesgarte por aquello que sueñas. No esperes al momento perfecto porque no existe. Lo creas tú. Siempre habrán trabas. Siempre alguien estará dispuesto a hacerte la zancadilla. Si no llueve, lloverá. Si no truena,  lo hará. Si no es una excusa será otra. Las mejores toallas se utilizan hoy. El labial con el que te sientes sexy te espera en el neceser al que apenas le has echado mano. La felicidad es una actitud. La perfección está sobrevalorada. Los instantes, la dedicación, la magia que evoca cualquier nimiedad es lo verdaderamente importante. El aquí, ahora. La decisión. La fuerza de poder con todo, incluso con un vendaval.

marilyn playa

“La vida no es sino un río de cosas que pasan y se pierden. Veo una cosa por un instante, y ya pasó; y otras y otras pasarán… Pronto me llegará la orden: -Te has embarcado; has navegado; has llegado; desembarca.” Marco Aurelio.

Vale ya de buscar razones, encuentra tus propias respuestas. Asume el reto. Cambia de camino, y déjate sorprender por él.

Si te cambian las cartas, cambia de jugada. El verano llega. El sol comienza a calentar. El tiempo libre se multiplica. La risa es más fuerte. Lo bueno sabe mejor. La playa comienza a asomarse desde el horizonte de tu ventana. Las flores brillan con fuerza. Los viajes están para embarcarse en ellos. Puedes retroceder o lanzarte al vacío. Puedes cambiar de táctica y correr lejos o esperar.

Yo te espero al otro lado del charco. ¿Saltas conmigo?

hope

Mándalo al carajo

Siempre hacemos lo que esperan de nosotros. Es algo casi natural, actuamos así por inercia, llevados por esa necesidad de estar a la altura, de no fallar. Y quizá eso mismo también nos aporta seguridad. Tener un adjetivo que nos defina; atrevido, listo, valiente. Una vez los demás ya tienen esa imagen nuestra, lo demás viene rodado. Solamente tienes que actuar como tal. Seguir siendo lo que hasta ahora has sido. Vivir de acuerdo a la imagen que has creado y proyectas. Vivir siendo el estereotipo o la figura que otros o tú mismo has decidido para ti.

audrey paisaje

El otro día me sorprendía hablando con un amigo, me comentaba algo así como: Soy cómico, los demás esperan de mí que siempre tenga un chiste en la boca. Que esté dispuesto a hacer reír en cualquier momento. No importa el día que tenga. Mi función es que eso pase inadvertido para otros. Correr un tupido velo a la realidad y tener la palabra adecuada en el momento adecuado, y por supuesto debe ser graciosa.

Eso me produjo una ansiedad terrible. Dios mío, debe ser duro SER durante 24 horas un personaje creado en base a lo que somos durante un determinado instante. Pero no, debe extenderse en el tiempo. Serlo en todo momento. Porque una palabra inapropiada en un momento concreto puede suponer un antes y un después para alguien que espera que actúes de forma distinta. Puede cambiarlo todo. Pasar a ser de repente la persona distante o borde que no casa con la graciosa, simpática y animada que muestras subido a un escenario no es bueno. Nada bueno para la carrera que se lleva a la espalda durante tanto tiempo.

Y no me parece justo. Porque ante todo somos personas, con nuestras diferencias, con nuestros más y nuestros menos. Con esa capacidad y necesidad de poder expresarnos libremente de acuerdo a cómo nos sentimos, a lo que vivimos, incluso a nuestra determinación de actuar tal y como nos apetezca porque en ese momento es lo que sentimos hacer. Te apetece estar así sin motivo, porque te has levantado como lo hayas hecho,  pues hazlo. Ser uno mismo depende de eso, ser fieles a lo que somos. No nos definimos por lo que hacemos, ya que hacemos mil cosas a la vez, vivimos mil vidas en una, crecemos, nos equivocamos, nos cabreamos y lloramos. Podemos ser tanto como pretendamos. No estamos condicionados a nada ni nadie, aunque de entrada parezca que estamos ligados a tanto, por prejuicios, poca empatía con el otro, por la necesidad de entender y ponerse en la postura de los demás.

Esto no es nada nuevo, es una maleta pesada con la que cargamos desde tiempos inmemoriales, un lastre con el que hemos tenido que lidiar cuando ni siquiera entendíamos ni teníamos conciencia de lo que significaba TENER QUE SER por  miedo A.

chica careta conejo

Cuando a un niño pequeño sus padres le dicen lo responsable que es termina por definirse a sí mismo de esa manera. Así pues, lo mismo ocurre cuando se les dice lo desastres, lo rebeldes o lo torpes que son. Se forman en base a lo que oyen de sí mismos y asumen el rol con naturalidad, pudiendo excusarse a la mínima ocasión con que hacen tal cosa porque efectivamente son tal otra.

Cuando vamos creciendo buscamos definirnos por lo que sentimos que podemos ser. Pero podemos ser lo que queramos cuando queramos y cómo lo queramos.

Necesitamos liberarnos de esa carga emocional que supone estar siempre preparados para corresponder a otros de la forma en la que esperan. Porque ante todo somos nosotros, lo demás es secundario. Tiene que importarnos tres rábanos dejar a otro con la boca abierta por no sucumbir a esa nefasta e irrisoria necesidad de agrado, satisfacción o aceptación.

Si te levantas con ganas de comerte el mundo hazlo, que no te condicione el hecho de que hasta ahora te ha tocado asumir el papel de tímido o inseguro. Una palabra no te define. Una actitud aislada tampoco. Somos la suma de cantidades ingestas de vida, de días, de decisiones, de fallos, de determinación de querer ser lo que uno quiera.

Es eso y no hay más, las ganas, la fidelidad y el compromiso de poder aspirar a más lo implica todo. De tener la libertad de SER como nos nace ser. Hoy es un día, mañana será otro. Y pasado podremos borrarlo todo, calzarnos nuestros mejores zapatos y correr a ser todo lo que sintamos que debemos ser.

brigitte guitarra

Es algo así como levantarse de la cama y de acuerdo a cómo nos sentimos ponernos una ropa u otra. Jugamos con las prendas, pasando de colores neutros a más alegres, dependiendo de nuestro estado de ánimo, de las ganas con las que nos enfrentamos a la realidad.

Que nada te limite. Sé la persona que te defina, que nadie lo haga, ni siquiera te condiciones por lo que siempre has pensado de ti. Comienza y rehaz los cimientos, y cuando creas tenerlo todo claro: mándalo al carajo.

Oveja negra

Oveja negra. Siempre he detestado ese calificativo, esa connotación negativa que viene implícita por sí misma. Ese “fuera de lugar” que implica dejar al margen, ser contrapuesto a lo que otros esperan, salirse del estereotipo, romper los moldes, diferenciarse. Y parece que eso es malo, te tildan de raro, de rebelde, de caso perdido… ¡Ay con los casos perdidos! Que posiblemente no hagan otra cosa que encontrarse, que buscar esa exclusividad que con el tiempo se ha ido perdiendo. Se pierde lo auténtico, lo real, lo de verdad. Y queda toda esa sarta de mentiras, de falsedad, de postureo, de buscar la propia identidad en base a otros, de construir sobre cimientos que se balancean. Aprobación, esa es la auténtica cuestión. La necesidad de sentirse parte de algo, de echar raíces en algún sitio, de pertenecer a un grupo, de experimentar la grata sensación de estar seguros. Protección. Uno se siente más protegido cobijado entre un baño de multitud, porque la soledad asusta, aterroriza, siempre lo hace, aunque lo neguemos.

audrey

Y ese es el error. Pensar y dar por sentado que sin moldearse en base a las estipulaciones dadas no formaremos parte. No sumaremos. No construiremos. No forjaremos. Demasiados nos y falta de agallas, o comprensión, llámalo como quieras. O echarle un par de narices a la vida.

Y pensándolo bien, ¿Quién puñetas fijo esas bases? Alguien que posiblemente quería tener al redil bien cerca, controlado, vigilado. ¿De verdad alguien puede querer vivir siguiendo las coordenadas de un mapa en el que no se encuentra? Una estrella brilla por sí misma, y precisamente eso es lo que la convierte en un astro genuino y excepcional.

Debería estar prohibido aunque fuera moralmente parecerse al resto, seguir el guión, la pauta marcada. Deberían educarnos para volar, dejar a un lado complejos, inseguridades y “ser” en todo nuestro esplendor. Poder ser cada cual la manifestación de lo que siente, de cómo lo siente, de cómo ve las cosas, o cómo desearía verlas. Sin coartar sueños, ni deseos, sin limitar la personalidad a base de sutiles “correcto”,“incorrecto”.

Me fascina la gente auténtica, la que no teme a nada, la que no se gira en busca de aprobación, ni siquiera cuando dice lo que piensa. La que todas las mañanas se pone el mundo por montera, y no espera, “ES” y luego ya se verá.

A largo de mi vida he tenido la suerte de tropezarme con personas así, suelen escasear, pero muy de vez en cuando aparecen y te deslumbran. Y te quedas cegado por toda esa luz que irradian. Pero poco a poco consigues verlas, deshojar todo lo que les envuelve y admirarlas.

pareja fuego

Son personas a las que les ha costado estar donde están, que no han tenido fácil la vida, porque ha habido rechazo o incomprensión, o simplemente desconocimiento. Nos cuesta endemoniadamente empatizar con aquello a lo que no acostumbramos. Y automáticamente, sin apenas darnos cuenta, dejamos de lado, arrinconamos y negamos.

Deberíamos decir “basta”. Deberíamos decir “hasta aquí hemos llegado”. Cambiémoslo.

Cambiemos lo apropiado por lo natural, por lo que sale del alma, la espontaneidad, la risa ridícula, los gritos de felicidad, el llanto sincero… ¿Quién querría a alguien que expresa la felicidad y la tristeza de la misma forma? ¿Quién admiraría a alguien del que pueden conocerse sus reacciones antes de llevarlas a cabo?

Si quieres sonreír sonríe sino no lo hagas. No porque últimamente esté de moda eso de “la sonrisa es lo único que pega con todo” “sonríe siempre” “levántate sonriendo” ¿Pero qué clase de idioteces son éstas? Hazlo cuando te apetezca, cuando estés de humor, hazlo porque sí, pero porque tú lo quieras. No regales sonrisas a quién no las merezca. Sé tú. Y muéstrate tal cual eres. Con tus cosas buenas y malas. Con tus días y tus noches. Como una sabia Marylin dijo:

“Soy egoísta, impaciente y un poco insegura. Cometo errores, pierdo el control y a veces soy difícil de lidiar, pero si no puedes lidiar conmigo en mi peor momento, definitivamente no me mereces en el mejor”.

marilyn guapa

Lo blanco está sobrevalorado, lo pulcro, lo limpio. Embadúrnate de ti mismo, mánchate enterito de barro, cáete y levántate, vuelve a caerte. Experimenta, investiga y déjate llevar. Sé oveja negra o roja, gris o multicolor. Sé lo que sientas que eres. Cree y sigue creciendo.

“Era la oveja negra de la familia, pero una parte esencial de ella” (Rabih Alameddine)

Egoísmo Navideño

La Navidad es consumismo. He escuchado esa frase millones de veces, de muchas personas distintas. Y bien mirado, no les falta razón. Pero lo es la Navidad, lo es San Valentín y lo son la multitud de fiestas que transcurren a lo largo del año, y en la que los establecimientos afanosos tienden a manifestar a bombo y platillo su llegada, sirviéndose de canciones, de infinidad de adornos y decoraciones varias, todo para invitar a esa malévola parte que habita en cada uno de nosotros a necesitar como si del fin de mundo tratara toda esa cantidad de cosas vanas y superfluas que hasta ese momento habíamos obviado.

mujer decorando navidad

Porque no cuesta reconocer que muchísimas veces la necesidad surge porque el momento y la situación nos invita a ello. Siempre habrán excepciones que rompan con la regla, claro está.

Pero fuera de todo esto, dejando a un lado toda esa parodia enmascarada, subyace algo completamente contrapuesto. Sentimientos, amor, lealtad, ganas de ser mejores. No sé vosotros, pero para mí, fuera de la superficialidad de lo que implica comprar ropa, detalles…, lo verdaderamente importante, y lo que me arrastra a los centros comerciales o a las calles es la ilusión. Sencilla y llanamente eso. Ilusión por conseguir el regalo perfecto, ya sea porque esa persona anda tiempo detrás de tal o cual cosa, porque no se la espera, o simplemente por conseguir un esbozo de felicidad en su rostro. El motivo real es hacer feliz a otro. Está claro que es una auténtica nimiedad, que la felicidad no radica en tener una cosa u otra, pero si sé que el efecto sorpresa, los minutos empleados en busca de ese detalle especial, la dedicación con la que esmerada y delicadamente se envuelven, las palabras que nos ha costado encontrar y que decididamente hemos plasmado en un sobre, una carta o una felicitación, el ansía de que llegue el día de entregarlo, sí cuentan, y tanto que lo hacen. Mucho más que el obsequio en sí.

frase navideña

Un abrazo sincero, un simple “gracias” o  una cara de asombro absoluto, compensan con creces las horas de agobio, de colas y de espera. Puede que incluso lo haga con todo aquello a lo que hayamos tenido que renunciar para ello.

Hoy confesaré que multitud de veces me he visto embriagada ante la necesidad de adelantarme al acontecimiento y entregar aquello que había comprado con antelación. Y al final no lo he hecho, he sabido esperar a su debido momento. Pero esos segundos en los que literalmente me he comido las uñas por el deseo de querer ver esos ojos chisposos, la sonrisa o cualquier muestra de júbilo, personalmente no los cambio por nada.

Es el compromiso que adquiero por propia voluntad, y que me resulta completamente necesario, aunque sea para unos segundos, horas o años.  Conseguir por uno mismo hacer feliz a otro. La recompensa  siempre se gratifica con creces, la felicidad es devuelta. ¿Existe algo más puro y bello que ser feliz por el simple hecho de ver feliz a otro? Será el acto de egoísmo más hermoso que exista.

Por todo esto, os deseo mucho consumismo, muchas ganas de pelear por aquello que busquéis, pero sobretodo os deseo grandes dosis de egoísmo sano, del bueno, del tú y yo. Ser feliz y hacer felices cuesta muy poco.

árbol navidad

¡Felices Fiestas! ¡Feliz Navidad!

Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante, capaz de unirnos y hacernos más felices.- Grace Noll Crowell

Momentos, aquí, allí.

El otro día me sorprendí a mi misma de mal humor, no es que nunca lo esté, todos tenemos momentos así (el que esté libre de pecado que tire la primera piedra), pero me di cuenta de lo infundado del motivo y toda la mella que esa absurdez estaba creando en mí.

El motivo no era otro que pasarme todo el día con un pelo horrible, con una electricidad espantosa que incluso me cabreó, ¡sí! mujeres del mundo ríanse, pero confiesen, se han encontrado en situaciones similares muchísimas veces. Algo tan absurdo como el pelo parecía determinar mi día, y lo peor es que mi actitud frente al problema no era otro que acrecentarlo.

mujer aire frio

Sé que millones de personas se cabrearían solo con leer este tipo de comentario, y yo soy la primera que lo hago. Hay montones de problemas en el mundo y vivimos tan sumidos en nuestro ego y nuestro “yo” que nos olvidamos.

Hoy quería recordármelo y recordárnoslo. Dejar a un lado los insignificantes y alarmantes problemas del “primer mundo” para fijar la mirada en aquello que ciertamente precisa de nuestra atención.

Hoy quería hacerle un guiño a todas las personas que pasan por momentos difíciles y aún así encuentran motivos para sonreír y ver las millones de cosas buenas que ofrece la vida.

Ahora mismo hay personas luchando por su vida, intentando ganarle la batalla al horror y a la injusticia, haciéndose su hueco en el mundo, reclamando aquello que les corresponde y debería ser incuestionable.

Mientras escribo esto, montones de niños andan cada día varios kilómetros para buscarse la vida, encontrar algo que llevarse a la boca e incluso agua potable para beber. El derecho a su educación es nulo, no existe esa opción, pues la situación en la que se encuentran no deja cabida a este tipo de secundarias necesidades. Para nosotros esto es inapelable, ni siquiera dedicamos minutos de nuestro tiempo a pensar en ello, es algo que viene dado, necesario e innegable.

niña barco

Este tipo de problemas los vemos lejanos, no es algo que visualizamos diariamente y en nuestro entorno cercano, lo vemos a través de plasmas con home cinema y resoluciones de alta calidad.

Con esto, no quiero que nos sintamos mal por todo lo que tenemos, es de agradecer, sin hacer absolutamente nada se nos concedió el mayor premio jamás dado, la posibilidad de nacer aquí, rodeados de todo lo que nos envuelve, con todas esas posibilidades de cambio y con eso a lo que llamamos “futuro”.

Nuestro otro gran preciado regalo es la salud, estar sano lo implica todo, con salud todos los problemas se vuelven diminutos pues tienes en tus manos la virtualidad de poder cambiarlos, de hacerles frente. No somos conscientes del todo y lo valoramos cuando nos falta, como casi todo.

Por eso y por millones de razones más hoy doy las gracias. Porque es de buen nacido ser agradecido.

Y como no, toda mi admiración, respeto y apoyo a todas esas personas que no se encuentran en su mejor momento.

Estamos aquí y mientras eso siga así, todo será posible. No pierdan la fe.

mujer misteriosa