Perdón y dolor

colgante cámaraTienes que perdonar para poder seguir adelante. Es una premisa universal, da igual de donde vengas, quien sea el causante de tu dolor, o donde pretendas llegar.
El perdón no tiene un tiempo delimitado, no hay ningún canon establecido donde se señale el tiempo que transcurre entre el daño y el momento de dejarlo marchar. Lo mismo ocurre con el dolor. Perdón y dolor van de la mano. Hasta que uno no decida marcharse, el otro no tendrá cabida.

Necesitamos nuestro periodo de luto, un momento de reflexión, de aceptar que no todo podemos controlarlo. No podemos interferir en las acciones de los demás.
Necesitamos darnos cuenta de nuestra propia imperfección, de la imperfección del otro y la de otros.

Ofrecemos nuestra confianza a los seres queridos, con la esperanza de que quede salvaguardada, si es posible bien envuelta, plastificada y entre algodones. La entregamos a ciegas, sin preguntas. A cambio esperamos un comportamiento determinado, que quede protegido. No hace falta que lo avisemos, es algo que viene dado, un contrato tácito entre nosotros, sin estipulaciones.

chica con luces

De nada sirven las preguntas que interiormente te harás, ya no importa el “por qué” , ni el “cómo”, ni siquiera importan las razones o los motivos. La realidad es que tendrás que aceptarlo, si decides hacerlo será con todas las consecuencias, incluso con las lamentaciones que sufrirás en silencio en los momentos en que revivas la angustia, el desencanto, la frustración.

El engaño que sentirás vendrá aparejado con la rabia y el desconcierto. Resulta paradójico, al final, aquellos en los que más confías, serán los que más daño podrán causarte. Eso es así, el amor que se vuelve en contra.

Se resquebraja en mil pedazos esa presunción de inocencia, esa fe, esa esperanza.

Al final, resultará necesario avanzar. Poder levantarse y mirar adelante, con la esperanza de poder hacer frente, de mantenerse erguido, de no desvanecer.

Necesitarás encontrar la tranquilidad de saber que se sentarán contigo, que pegarán lo trozos cuarteados del puzzle inacabado. Deberás intentar volver a ofrecer tu mano.

Somos humanos, el error es parte inerte en nuestra esencia, quizá debamos asumirlo.

O quizá, debamos darnos cuenta que determinadas personas están por encima del propio dolor, y su perdón, delimita incuestionablemente nuestra misma felicidad.

chapoteo en el mar