Cuando debe ser

Alguien me dijo una vez que lo único que necesitaba era cerrar los ojos, apretar los puños fuertemente y reclamar con toda la fuerza del corazón aquello que deseaba. Más adelante se aprende que, además, se necesitan algunas cosas más.

amigas hamaca playa

Un buen día comprendí que si quería llegar lejos, mis sueños debían estar a la altura, por encima de las estrellas. Supe que me resultaría difícil que llegarán tan lejos, pero súplica tras súplica y con la firme convicción de saber que ocurrirá se aposenta  uno donde quiere, y esto no iba a ser menos.  Cuando se soplan las semillas secas del diente de león automáticamente el aire se eclipsa de ellas convirtiéndolas en helicópteros diminutos. Se mantienen en el aire, pululan por el entorno, esparcen toda esa aura mágica que las envuelve, y se hacen las dueñas, del momento, del instante, del sueño. Son ellas y después ellas, y, tras de sí, queda ese halo de nostalgia, de curiosidad, de tranquilidad inesperada.

niña diente de león

La magia la crea uno mismo al igual que el hecho de su llegada a término. Sé, que de alguna forma nuestros sueños viajan a la velocidad de la luz, sin rumbo, pero constantes, con paso firme. Se nutren de la ambición, de la misma satisfacción que nos produce su espera. Y son sabios, entienden de momentos, de lugares, de personas. Nos conocen, incluso más que nosotros mismos. Se aguardan en algún lugar lejano, invisible, imperceptible para los sentidos. Y esperan, porque la paciencia siempre resulta recompensada. Y cuando visualizan el hecho desencadenante, la pestaña que faltaba, sueltan el freno, se dejan llevar, y florecen, en nosotros mismos, haciéndose visibles, dando lugar a hechos tangibles. Uno no elige el momento, se crea solo, cuando es y cuando debe ser. Eso sí, jamás y digo “jamás” deben perderse las ganas. No podemos abandonar el sueño, todo aquello que nos hace emerger y posicionarnos unos centímetros más allá del suelo. Encontrándonos a palmos de distancia de una objetividad dudosa.

Y, de pronto sucede, te patea desde el interior hasta dejarte sin habla. Y enmudeces, porque no veías salida y pensabas que “derrota” vencía a la esperanza, pero pocas veces ocurre, porque lo bueno llega. Tarde o pronto pero llega. Así que más vale estar preparados, atarse los machos por si hay que salir disparados como cohetes para explosionar en las nubes, en las estrellas, en todo aquello que siempre estuvo y nunca vimos. Hay que estar preparados para aquello que siempre quisimos. Porque una cosa es desearlo con toda la fuerza del corazón, y otra bien distinta chocarse de frente, encontrarte desnudo y sin habla frente a todo cuanto esperaste. Así que deséalo, con toda tu alma, pero prepárate a conciencia, porque cuando llegue no existirán dudas. Y el paseo debe ser lento, bello y reconfortante.

chica pelo playa

Alguien me dijo una vez que ocurriría y ocurrió. Que lo mejor siempre está por llegar. Que si corres te lo pierdes y que la vida se respira a pleno pulmón. Inhalando cada bocanada de aire, expulsándolo poco a poco, como si no quisieras dejarlo ir y vuelta a empezar. Que al final serán dos días y hoy ya no cuenta. Que las necesidades comienzan y terminan en un par de abrazos. Que más vale tarde que nunca y el perdón, el achuchón, el beso, la caricia que no llegó siempre espera. No hay medias tintas, ni reproches, ni palabras que justifiquen su ausencia.

Lo que uno da recibe. El universo es increíblemente sabio para repartir las cartas, para soplar las velas, para dejarnos sin luz. Luego ya depende de nosotros.

Hay determinadas cosas que escapan a nuestro entendimiento, pero es así, y dejarlas fluir tal y como son es la mejor forma para que continúen con su propia cadena, para que cada pequeño e insignificante detalle concurra en su lugar y posición original. Nosotros somos parte de ello, el universo entero lo es. Ser conscientes nos beneficia y nos ayuda a conectarnos de algún modo a ese círculo vicioso.

Por eso brindo por lo que tengo, por todo lo que soy, por todo cuanto viene y sueño. Por el tiempo de espera, por las pausas, por los momentos que fueron, por los que se buscaron y por todos los que vendrán.

amigas copas

<<Los milagros son solo la consecuencia de atrevernos a creer.- Anónimo>>

La debilidad de lo imperfecto

Tus imperfecciones te definen. Y no, no es un eslogan publicitario. Es más bien una realidad que desechamos casi de forma automática. Sin atisbo de duda, sin apenas titubeo. Enloquecemos ante la mínima fisura marcada por un canon predefinido, y es precisamente eso lo que hace balancear el bien más preciado, nuestra valiosa autenticidad.

chicas amigas andando y gente mirando

Exclusividad que se volatiliza, desaparece cuando queremos vernos marcados y enmarañamos y destruimos aquello que nos distingue, que nos hace diferentes, que nos define y define nuestro camino, nuestros zapatos, nuestra forma de andar, de sentir, de ver, observar.

No somos más que marionetas guiadas por personas que han encontrado la fórmula para crear ese tipo de necesidad en nosotros. La misma exigencia de perfección que nos intentan camuflar e introducir con calzador.

Y es que la perfección no es más que un cúmulo de imperfecciones. Tú eres extraordinariamente perfecto con tus millones de imperfecciones. Eso es así, y deberás ser consciente de ello, de tu potencial, de tu aptitud, de toda esa capacidad imperecedera.

Porque sí, lo eres, así, sin más. Y te lo digo con la sinceridad por bandera, con el corazón en la mano. Y no te vendo nada. Solamente intento transmitirte y decirte aquello que por la razón que sea te niegas a ver.

Nuestras propias barreras las creamos nosotros, nos autolimitamos, nos empequeñecemos, nos cortamos las alas. ¿Qué fue de aquello que siempre soñaste? ¿Dónde fueron todos esos proyectos? ¿Dónde quedaron las ideas, las ganas, la ambición?

niñas hadas

Te coartaste tu propia libertad, se te puso más o menos difícil, pero la decisión la tomaste tú y solo tú.

Me da rabia, mucha rabia, ver como continuamente nos fijamos en nimiedades, en absurdeces que determinan una actitud, y al final nos movemos guiados por ellas. Creemos tener el poder, y las inseguridades que guardamos como si de un tesoro tratase son las que marcan las pautas, las que determinan nuestra forma de actuar y al final son ellas las que rigen nuestros pensamientos, hechos y acciones.

No se trata de años ni de experiencia, se trata de encontrar la forma de aceptar aquello que de alguna manera vemos “atípico” como una oportunidad para distinguirse, para crear la marca que nos defina, que nos haga ser.

Somos tan poco coherentes y estamos tan limitados que somos capaces de observar en otro aquello que a nosotros nos horroriza y admirarlo.  Por millones de razones, porque desprende personalidad, madurez, identidad, carácter… Y eso nos asombra, definitivamente enamora. Una persona capaz de jugar y engrandecer aquello que la hace diferente es sin duda digno de admirar. Yo me quito el sombrero ante ello. Adulo ese tipo de caracteres irresistibles.  Es una debilidad personal.

mujer gafas inteligente

Somos mucho más que todo eso. Estamos por encima de cualquier estereotipo prefijado por alguien que decidió llamarlo “perfecto”.

Porque seamos sinceros, ¿Alguien puede definir perfección? ¿Perfecto? Sus significados son vagos y ambiguos. Porque posiblemente sea la palabra más subjetiva que exista. Y ahí, precisamente, reside el encanto. En lo intrínseco de la palabra, en lo individual.

Sal a la calle, cálzate lo mejor que tengas, porque tienes mucho, mucho que ofrecer al mundo.

Inventa, construye, proyecta y descubre las millones de cualidades, imperfecciones y perfecciones que hacen de ti ese ser extraordinariamente PERFECTO.

Las excusas son para los cobardes. Ahí lo dejo.

niñas diversidad

Extremos

pareja feliz

Soy de extremos, lo sé. Si se besa se hace fuerte, hasta que se desencaje la mandíbula si hace falta. Si hay que bailar se baila pero hasta el amanecer, como en una película de esas que te dejan medio bobalicona babeando en la pantalla y pensando eso de “¿Y cuando yo? ¿Y cuando a mí?”, esas en las que bailan como si no hubiera mañana, en una playa paradisiaca, con lucecitas en las palmeras, con antorchas en la arena, y tú ahí tirada, en medio de la nada, tarareando al mismo son que la canción que se escucha a lo lejos, que parece susurrarte y contarte todo aquello que prometiste no escuchar, porque tú no eres romántica, ¡Qué va!, y a ti esas cosas no te van.

Estás como bien he dicho, en el ojo del mundo, del tuyo, en el lugar exacto donde todo se puede, rodeada de nada, compartiendo silencios. Y tú, como si nada, ahí sigues, continúas hilvanando estrofas, reproduciendo frases, deleitándote y dejándote llevar. Pero al fin y al cabo, en la nada no hay más que nada, ni luces, ni antorchas, ni música que sale de ningún sitio. Y, además, esto no es más que una acumulación de insensateces que ni siquiera compartes.

Pero sí, si tengo que bailar lo hago así y solo así.

baile en la playa

Cuando hay que amar se ama, pero contra todo, con espada en mano, preparado para derrotar a piratas y corsarios, a cual espadachín tenaz, haciendo piruletas y asombrándote por tu valentía y asentada templanza. Se ama hasta el límite de la locura, aunque para ello tengas que exponer tu corazón a las infames o mezquinas manos de un desalmado. Se ama hasta quedarse seco, hasta exprimir a más no poder el alma, la voluntad, la conciencia, las entrañas.

No concibo el amor de otra forma, porque si no se ama con todo tu ser, no es amor, llámalo como quieras, pero la realidad es que solo tiene sentido cuando hay fanatismo, demencia, inclusive enajenación sana. El amor puede que se mida por sus locuras, por sus dramatismos, por sus “contigos ni sintis”, por “juntos por siempre jamás”, por “ahora o nunca”, contigo o con nadie más.

pareja lluvia

Por eso te pido, si vas a quererme, quiéreme mucho. Quiéreme con flores al despertar, con mensajes ocultos en los bolsillos, con frases robadas de canciones que se ven distorsionadas por palabras que profieres de tus labios, que inventas, que manipulas, por verme reír.

Quiéreme de manera sana, de forma inaudita, extraordinaria. Quiéreme hoy y mañana. Quiéreme cuando estalle de celos o de rabia, cuando grite sin motivo y por cualquier cosa, quiéreme cuando menos lo espere, cuando te necesite y cuando no, cuando te busque, cuando te encuentre.

Quiéreme en el silencio de las noches, cuando los focos se apaguen, cuando el telón caiga, y yo me encuentre perdida, desorientada, triste y desamparada. Cuando ni siquiera queden motivos, cuando haya que reconstruirlos. Quiéreme en los aplausos, en las pausas y en los silencios.

Quiéreme de mil maneras posibles, y cuando todas se hayan agotado, sigue queriéndome como solo tú sabes.

pareja railes


Virtudes naturales

hamaca playa amigas

Preocupaciones innecesarias, vueltas de tuerca infundadas, dolores de cabeza tremendamente insanos.

Siempre es lo mismo, yendo y viniendo, imaginando lo que aún no ha pasado, y ¡mira que si sólo se imaginase lo bueno!, pero nos hacemos daños solos, con lo que aún está por venir, con lo que nunca ha venido, con lo que podría llegar pero aún no ha llegado.

Esa perversa manía de querer anticiparse, de sucumbir a esos fallidos intentos de mago. Déjate de historias, elude esas manifestaciones inexistentes que crees que se sostienen en tu mente por alguna extraña razón, nada más lejos de la realidad, lo creas tú, con fantasías nocivas que consiguen trepar por tus sueños para arrebatarte sin ápice de indecisión todas esas posibilidades reales y fructuosas de que al final todo saldrá bien.

luces moño

La duda fluctúa como niño en balancín, deshaciendo todo cuanto le viene al paso, y somos los principales culpables, que le tendemos la mano, cobijándola en la misma esencia de nuestros tan apetitosos anhelos.

Deseos que se ven embarrados y dañados, y que con esa percepción distorsionada de la realidad los vamos dejando cada vez más despoblados, más dolorosamente abandonados.

La positividad y el optimismo tienen más fuerza de la que crees. Se aposentan con una fortaleza exagerada en la raíz del problema y en la inherencia de todo cuanto se le presenta, con la sola condición de fe. Deberás prometer desafiar a la adversidad cogiéndola de la mano, acompañándola al punto de salida, explicando la situación, soportando y confrontando ideas.

A cambio la bondad no te dejará marchar, te acompañara en el camino, sufrirá contigo y te verá vencer, salpicará de benevolencia tus fallos y te aportará buenas dosis de generosidad merecidas.

No la abandones, por nada y contra nada, cultívala cada día, en todo ese manojo de proyectos bien avenidos.

chica con pompas de jabón

Y conocerás el verdadero secreto de la gloría. Aquella que te hace relucir en las penumbras más absolutas. La que, espada en mano, desafiará a cualquier incidente que se te presente.

Y es que no hay nada más auténtico y reconfortante que el positivismo manifestado. El eclipsado en sonrisas que se dibujan de oreja a oreja, el que algunos vislumbran en las celebraciones empañadas de amor, aquel que se siente en el tierno abrazo de un niño o en las voces y susurros de canciones hermosas.

No digan que esas recreaciones no tienen más valor, pues aquello que ensalza nuestras virtudes naturales es digno de merecer y elogiar.

Yo no pienso dar cabida a este tipo de titubeos constantes que destrozan aquello que tocan. Necesito sentirme fuerte para conseguir todo aquello que espero. El camino no será fácil, como no lo es en la mayoría de importantes victorias. Pero no desesperes, permanece, inquiétate, pero con convicción, todo ello sin conjeturas faltas de veracidad.

No dejes perecer aquello que siempre soñaste.

Y sobretodo y más importante, no abandones las ansías de creer en lo formidable.

chica campo trigo

Recuerdos de aulas

Yo, sentada en la última fila del aula, con la incertidumbre propia del primer día, del comienzo de algo. El sitio que escogí me permitía visualizar la complejidad de todo cuanto me rodeaba. El alboroto comenzó a desencadenarse.

Estaba tranquila, a expensas de lo que pudiera suceder, sin ideas fundadas de antemano, sin perjuicios, dejándome llevar.

mujer escribiendo vintage

La asignatura no se asemejaba a ninguna de las que estaba cursando en la carrera, era completamente distinta, quería romper con los cánones propios y estipulados para alguien a quién le esperaba un futuro completamente antagónico. Fue libre elección. Es cierto que su nombre me transmitió algo.

Un portazo me sobresaltó, y ahí estaba, denotando autoridad, con esa seguridad arrolladora.

Sus primeras palabras, “Lo único que espero del día de hoy, es que alguno de vosotros se vaya de aquí con la sensación de que ya no es la misma persona que entró por esa puerta. Dudas, preguntas, asombro, ganas de cuestionarse cada cosa que ocurra, desconcierto…”

En ese momento ya no puede dejar de escuchar, quedé embelesada por cada uno de los vocablos que pronunciaba.

Fue mi mejor elección, disfruté de cada día en el aula como la que más. Habría vuelto a repetir asignatura una y otra vez, lástima que no se me diese la oportunidad.

Lo que voy a decir a continuación parecerá un disparate, pero juro que obligué (literalmente) a alguien a quien tengo mucha estima a acudir a una de aquellas clases, aunque no estuviera matriculado, ni siquiera en aquella facultad. Sólo quería que disfrutase de la manera en la que yo lo hacía. Que tuviera la oportunidad de adentrarse en todo aquél jaleo emocional que se ocasionaba desde que aquél chiflado profesor entraba por la puerta, día tras día.

hombre leyendo puro

Aprendí que la locura tenía que ser algo bueno si te convertía en una persona como aquella.

Tan sabía, con tantas cosas que ofrecer.

Sólo quería empaparme de toda esa pericia que encontraba aneja a él.

La persona que me acompañó aquel día terminó suplicando salir de allí. No comprendió ni una sola palabra de todo lo que aquel hombre decía. Y yo, internamente me prometí, que aquellas extravagancias y contrasentidos los mantendría alejados de la realidad que me esperaba al salir de allí, por lo que pudiera pasar.

Durante todo el año, no hice ni una sola anotación en el cuaderno. Me quedaba con los brazos sobre la mesa, siguiéndole con la mirada, mientras se paseaba de arriba abajo, atenta a cualquier descuido que pudiera pasar por alto, maravillada, encandilada.

niños en clase

Hoy le recuerdo como si todos esos días no se hubieran quedado tan atrás, con todo el cariño que me producen esos recuerdos.

Me fascina darme cuenta de lo influyentes que pueden resultar algunas personas. Chasquean los dedos, y con su naturalidad y saber estar cambian las cosas. En mí algo cambió, después de todas aquellas lecciones. Entré en esa espiral de transición casi desde el primer día.

Ni siquiera será consciente de todo lo que significó para mí. Nunca pude decirle ni una sola palabra, a pesar de que varios días me lo encontré sentado en alguna cafetería de los alrededores. Siempre con las ganas de acercarme, con las ganas de preguntar, de sentarme y dejarme impresionar. Me quedé con eso, con cosas que decir.

Hoy, releo alguno de los libros que escribió.

Lo que está claro, es que hay profesores que dejan huella. Que pasan por nuestra vida fugaces y atropelladamente, y se nos queda el sabor de lo bueno, de toda esa gratitud.

Quizá algún día escriba sobre alguna de las cosas que intentó enseñarnos. Aunque no garantizó que pueda hacer llegar el mensaje tal y como él lo hacía.

Nos leemos por las aulas.

Elige sorprenderte

chica y bambi

Me encuentro metida de lleno en una especie de cambio de piel, digo esto porque desprenderse de todo cuanto te ha rodeado y comenzar una etapa diferente es también un tipo de transición. Así que en cierta forma puede equipararse a ese tipo de acto animal.

Todo cambio viene aparejado de un tiempo de adaptación, es realmente necesario para encontrar la estabilidad y tu propio lugar en ese mar de dudas e inestabilidad.

A mí personalmente no me asustan, y más en una situación como ésta, en la que el cambio ha venido completamente motivado por una elección trascendental que cambiará el rumbo de mi vida, y la que me hace enormemente feliz. Es un gran paso hacia la madurez, y con ello hacía la edad “adulta”, así que he decidido vendarme los ojos y dar un salto gigante hacia delante, sin miedos y sin dudas.

Toda nuestra vida gira en torno a todo tipo de decisiones, algunas triviales otras más relevantes. No somos conscientes del todo pero el “sí y el no” nos acompañan en todos los actos que se desencadenan a lo largo del día. Muchas veces, nos vemos arrastrados a miedos que nos paralizan sin saber que en el fondo somos auténticos expertos en la materia.

Estoy como bien he dicho mudando de piel, y eso quiere decir, desprenderse de lo viejo para dar cabida a lo nuevo. Cuesta desprenderse de algunos tipos de cosas, muchas de ellas nos definen o definen nuestro pasado. Otras nos recuerdan quienes somos o quienes fuimos, y la gran mayoría son un montón de recuerdos.

taza alicia

Los recuerdos es lo único que nos queda del pasado, es nuestra forma de volver a revivir esos momentos. Son como un libro abierto, quedan escondidos, quizá en alguna repisa de la estantería, en ese baúl olvidado, o en ese montón de cajas viejas. Lo bueno de ellos es que cuando uno quiere los recupera, les saca brillo, les sacude el polvo y al fin están listos para brillar de nuevo, para volver a sentir, para transportarse. Seguro que muchos de nosotros, por no decir todos, hemos experimentado esa sensación alguna vez. Volver a revivir el instante tal y como ocurrió, percibir los mismos olores y todo ese cúmulo de sensaciones desatinadamente olvidadas.

No es malo recordar, es sano y necesario, al igual que lo es avanzar. Seguir adelante con nuevos proyectos, dando paso a recuerdos nuevos es vital y preciso para continuar escribiendo el best seller de nuestra vida.

Las grandes decisiones terminan estando vinculadas a nuestras grandes satisfacciones y consecuentemente a nuestros mayores logros.

No nos debe dar miedo dar ese paso, quizá es el que has estado esperando durante muchísimo tiempo y ahora al tenerlo tan cerca te asusta. Párate un momento, reflexiona, dar ese tipo de pasos no significa dejar atrás y olvidar el pasado, todo va de la mano, no es incompatible, no crees problemas innecesarios fruto de la conmoción. Estás abrumado por todo lo que te espera.

Elige sorprenderte y elige vivir, porque al fin y al cabo las decisiones son eso, un montón de tentadoras ofertas esperando ser aprovechadas.

chica globos atardecer

Importa

pelo chicas

Odio quedarme con cosas que decir. Nadie debería reprimirse las ganas de decir lo que realmente siente. Evidentemente hablo de cosas buenas, sentimientos frustrados que se quedan en el intento de nada. Tenemos la fastidiosa costumbre de no decir a los demás lo que sentimos. Vivimos con esa absurda idea de que siempre habrá un mañana para hacerlo y dando por hecho que aquello que pensamos el otro ya lo sabe.

Quizá si exista ese mañana, pero quizá no. Y aunque exista, estamos desperdiciando maravillosos momentos para tomar las riendas de nuestra vida y ser totalmente sinceros, sin tapujos, sin miedos.

Quizá, hoy si sea el momento para decir cuánto le quieres, cuánto le necesitas o cuánto le echas de menos. Quizá sea el momento preciso para decir gracias, por todo lo que has hecho por mí, cada día, sin importar nada más, sin esperar nada a cambio.

Hoy es el momento para abrazarte, para estrecharte entre mis brazos y pedir perdón. Por todos los errores, por ese orgullo insolente que amenaza con destrozar aquello que toca.

Es cierto que los seres humanos cometemos atrocidades, pero también es en él donde reside el corazón más noble y bondadoso. Nuestra grandeza reside en eso mismo.

chica paraguas

Hoy, no me quedaré esperando que des tú el primer paso, aquí nadie es el primero ni el último. No existe el orgullo, la vanidad o la arrogancia.

Sacaré todo lo mejor de mí para ti.

Voy a comenzar a priorizar aquello que de verdad importa.

Importa todo lo que no te he dicho, todo lo que no me has escuchado decir. Importan mis silencios y mis ausencias. Importan mis ganas de estar presente en los momentos más importantes de tu vida. Importan mucho más las reconciliaciones que los enfados. Importa más la decisión que la pasividad.

Importa la sonrisa que me lanzas cada vez que me ves. Importan esos ojos chisposos que se te ponen cuando te emocionas por algo. Importan esas palmaditas en la espalda que me das cuando intentas fervientemente crear seguridad en mí. Y yo, con esa caricia enmascarada, me envalentono y puedo con todo.

Que ya ves, que con minuciosos e insignificantes gestos se construye todo.

Sé que importa todo lo que no se ve, pero más importa que sea dicho, escuchado, visto y sentido.

Y, sobre todas las cosas, importas tú.

pareja vintage 6

Serlo, sentir y vocear

tomando el sol vintage

El otro día escuché esa maldita frase de: ¡menos mal que soy hombre!, y sólo pude pensar, “serás ignorante…”

Sí, sé que los hombres ven el periodo como “el hecatombe”, incluso a veces nosotras mismas nos quejamos, pero, ¿Por qué no?, tenerlo ya nos da ese derecho.

También es verdad que tenemos esa presión externa de perfección, nos atemorizan en todos los tipos de medios de comunicación posibles, nos avasallan con cremas milagrosas, con dietas imposibles e insultantes, ejercicio físico excesivo y millones de estúpidos cánones diseñados por personas que lo más probable es que no fueran de este planeta, o a los que sólo les llegaron los resultados del photoshop.

Vivimos pegadas a la cera, al láser, a la silk-épil, a todo tipo de cuchillas y cremas depilatorias. Resulta un fastidio y por qué no, una auténtica tortura china cuando surge un plan inesperado en el que tienes que lucir palmito y… ejem… no estás predispuesta a ello, es decir, tus pelillos florecen en todo su esplendor. Y claro, llega el momento del estrés, de tirarse (literalmente) de los pelos, en todas las versiones posibles.

Somos cambiantes, es decir, podemos estar ahora mismo descorchando champán, tirando cohetes en la puerta del trabajo, haciendo volteretas imposibles mientras nos desgañitamos con el último vuelco musical, y seguidamente pegar un grito que lo deje todo en silencio. Así de sencillo.

amigas vintage hablando

Somos capaces de ir al baño solas cuando estamos fuera de casa, a pesar de llevar dos capas de suéter, la chaqueta que abulta y que casi no cabe en el cubículo al que llaman “aseo”, unos tacones vertiginosos que nos hacen perder el equilibrio y balancearnos, el bolso repleto de “y sis” (y si me duelen los pies… tirita, y si me duele la cabeza… paracetamol…), quedarnos en la postura del cuatro sin ningún tipo de apoyo y no sucumbir a los temblores de piernas ocasionados por la dilación del tiempo.

Sí, sé que nos embarazamos, que eso viene acompañado de dolor, el que ellos nunca sufrirán, pero también viene de la mano de “la experiencia más maravillosa de tu vida”. Eso es algo en lo que ellos quedan fuera de juego. Nunca experimentaran esa sensación, la de un ser humano creciendo en su interior, ese maravilloso e increíble milagro, toda una bendición, algo mágico e irremplazable.

Las mujeres somos más profundas, no puedes ni debes quedarte con el significado exacto de las palabras que decimos, todo va más allá, simplemente hay que saber analizar, utilizamos gestos, expresiones en la cara, incluso las cosas que “no” decimos son las que suelen terminar retumbando como un eco en nuestra mente, intentando hacerse hueco para escabullirse y salir al exterior, sólo que al final ahí se queda, y esperamos que sepas interpretarlo, por tu propio bien.

mujeres con periodicos

Algo que me gusta y mucho es que puedo permitirme el lujo de llorar por lo que quiera, si una película me sobrecoge lloro y soy “la mar de sensible”, si un anuncio me entristece tengo vía libre porque “soy empática”,  si me enfado y lloro causo ternura, en definitiva a no ser que raye en el absurdo y me dedique a ir llorando por las esquinas resultará bastante aceptable sin parecer una pusilánime.

Ser mujer es todo un honor, tenemos un sexto sentido para casi todo, algo inerte a nosotras, pocas cosas se nos pasan por alto, otras muchas las dejamos al libre albedrío a voluntad. Manejamos millones de situaciones a nuestro antojo, sabemos mejor que nadie darle la vuelta a las cosas.

El arrojo y el temple que desprenden los pasos de una mujer calzando seguridad en sí misma es poco comparable a ninguna otra cosa.

En definitiva, hay millones de razones por las que se agradece ser mujer, la fortaleza que reside en nuestro interior es ilimitada, igual que el amor que podemos ofrecer.

Me enorgullezco de serlo, de sentirme y de vocearlo al mundo.

Por todas mis mujeres y por mí primero.

8

Suma y sigue

chica cámara vintage

Esta semana me toca hacer balance personal. Un año más se asienta con fuerza en el poso de mi existencia y tengo una imperiosa necesidad de evaluar y desgranar cada eslabón con el fin de asegurarme que lo que tengo y lo que soy es justo lo que quiero y lo que espero.

Siempre he sido de sentir y vivir, nunca me ha gustado quedarme viendo la vida pasar, prefiero arriesgar, enamorarme, enloquecer, encontrarme en la cúspide, con los ojos vendados, aunque conlleve una mínima e ínfima posibilidad de caer al vacío más estrepitoso.

Soy de extremos, no me gustan las medias tintas, soy clara y concisa, pienso que lo que tiene que ser es, que si no arriesgas no ganas, y siempre preferí perder que pasarme la vida pensando en lo que no me atreví a hacer, en lo que no me permití sentir, en aquello que no viví.

No me asustan los desafíos, no me empequeñece lo que no conozco, no me permito ser amedrentada por la ignorancia de todo lo que vendrá.

Soy fiel a mí misma, a mis principios, a mis convicciones, a todo en lo que creo porque forma todo lo que soy, me define y define el camino que deseo seguir.

Tal día como hoy me toca reflexionar, detenerme un momento y dejarme impresionar por la cantidad de vivencias que he tenido la maravillosa suerte de disfrutar en este último año.

Han cambiado muchas cosas, hace exactamente un año, por estas fechas, muchas cosas eran diferentes en mi vida, tampoco podría llegar a imaginar todo lo que me esperaba, lo que me aguardaba.

Estoy impresionada y fascinada, al final los sueños se cumplen, parece que sí, que se vislumbra ese rayito de sol tan añorado, tan locamente anhelado. Soy soñadora nata y enamorada empedernida, es algo inerte a mí, cambian las circunstancias, el tiempo, los momentos, cambio yo y todo cambia conmigo, pero eso no, nunca me permitiré dejar de soñar, dejar volar mi imaginación, lejos muy lejos, al país donde los sueños se cumplen, al lugar en el que las hadas te susurran palabras hermosas, esas que necesitan ser escuchadas.

mariposas libres

Todos necesitamos dejar florecer en algún momento nuestros más codiciados deseos, la esperanza es lo último que se pierde y siempre resurgen con fuerza cuando más olvidados parecen estar. Esa es la magia de la vida. La sorpresa inesperada a la vuelta de la esquina, en el sorbo del último café, en el cristal empañado por el vaho del deseo, en el corazón más solitario.

No puedo recordar cuál fue la ficha que golpeó el desencadenante de los sucesos venideros, sólo puedo agradecer el acto, el instante que floreció sin más, lo que me trajo, todo lo que me produjo. Y es que cuando uno menos lo espera ocurre.

No me da miedo el paso del tiempo, bueno, quizá un poco, pero también me emociona, no saber lo que ocurrirá pero sentir que absolutamente todo será aprendizaje, gozo, felicidad y muchas ganas de seguir estando, de seguir siendo.

Esa debe ser la actitud. Es el secreto mejor guardado, los buenos pensamientos traen buenas vibraciones, las buenas vibraciones conllevan circunstancias bien avenidas. Tenemos el poder de cambiarlo, porque la fuerza es ilimitada, la capacidad es incalculable, y el deseo está más que latente.

mujer aburrida vintage

Hoy quiero disfrutar del momento más que nunca, quizá porque también soy más consciente de que nada espera, y de que esto también pasará. Quiero dejarme embaucar por cada acontecimiento, notar el aroma y el cálido sabor de tu abrazo, quiero retratar instantes, los tuyos y los míos, todos los nuestros. Quiero pintar tu sonrisa con palabras y gestos amables. Quiero grabar en mi mente el soplido de velas, los abrazos que vuelan, las sorpresas preparadas con esmero, dedicadas con amor. Quiero retener los sonidos,  captar sus expresiones, y enmarcar toda esa implícita felicidad.

Sé que estoy en mi mejor momento, de la misma forma que sé, que todo lo que venga superará lo anterior. Aquí estoy, esperándote con ganas. Llena de ilusión, de suspense, de una fuerza inaudita, inquietante y sigilosa.

Hoy bailaré bajo la luna, envuelta en un manto de estrellas, me consentirás como a una niña, reiremos de la insensatez y volteare los cabellos mientras me observas, mientras balbuceas risotadas insonoras, mientras cantamos en el fulgor de la noche.

Y a ti te esperaré, como cada día desde que te fuiste.

Un año más, y suma y sigue.

marilyn soplando vela

Nada vuelve

amigas cafeteria vintage

Aquí estamos, juntas. Parloteando sentadas en la mesa de una cafetería de pueblo. Elegimos la terraza, a pesar de la inclemencia del tiempo y de la fecha en la que nos encontramos. Somos así, decidimos desafiarlo y desafiarnos, a ver si aguantamos.

Y comenzamos a hablar, como si no hubiera pasado el tiempo desde la última vez en la que nos vimos, que la buena amistad hace cosas así, que no importan los días, los meses o los años.

Amigas de toda la vida, esas que te conocen tal y como eres, con las que te sientes segura y caminas a tus anchas. Con las que no mides las palabras, simplemente te dejas llevar.

Nos empezamos a poner al día de todo. De lo que te ocurrió tal día a tal hora, de cómo te sentiste cuando aquel desconocido pidió una canción para ti, cómo comenzó a tararearla delante de medio bar y comenzaste a reír loca y descabelladamente.

Intentamos arreglar el mundo, sí, lo intentamos. Con todas nuestras propuestas, con todas nuestras opiniones y todas esas ideas que férreamente creemos que servirían para algo. Las reuniones de amigas no serían tan auténticas sin estas conversaciones irrisorias. Reconócelo.

Nos vienen a la mente todos los millones de recuerdos que guardamos de todos nuestros años juntas. Nos impresiona la rapidez con la que todo pasa. Se nos escaparon todos esos momentos sin apenas darnos cuenta. Nos los arrebataron de las manos sin que nos diese tiempo a pestañear. No fueron ni mejores ni peores que ahora, pero erróneamente solemos caer en la dicha de “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Quizá por el anhelo, la añoranza o la nostalgia que nos produce saber que esos tiempos no volverán. Porque nada vuelve.

libro marylin

De pronto nos vemos envueltas en deseos futuros, en frases del tipo “para el año que viene he decidido tal cosa”, “en 2016 me gustaría encontrarme en tal situación”, o “¿Te imaginas cuando llegué el momento…?”. Y en realidad, no hay mejor momento para todo lo imaginable que este preciso instante.

Vivimos constantemente con el deseo de futuro, que cuidado, no es malo, ayuda a fijar metas y conseguir objetivos. Pero muchas veces, demasiadas quizá, vamos pasando por alto todo lo que la vida nos ofrece hoy. Algo que si podemos tocar con las manos, que nos rodea, que nos grita con insistencia para captar la atención.

Por eso te pido que aflojes, que bajes la guardia, que te detengas y observes lo que te rodea. Que no todo es malo, que no es peor. Quizá encuentres la tranquilidad de saber que al final, lo que buscas, es justo lo que ya tienes.